En nuestro caminar espiritual, nos encontramos a menudo con preguntas que desafían nuestra comprensión y nos invitan a explorar los misterios de la fe. Uno de estos misterios centrales es el amor de Dios. En la liturgia de este domingo en CASA, nos adentraremos en la esencia del amor divino explorando el mensaje de Jesús en Mateo 22:34-40, donde nos invita a amar a Dios con todo nuestro ser y a nuestro prójimo como a nosotros mismos.
Este mandamiento, a simple vista, puede parecer sencillo, pero al desentrañar sus capas, nos encontramos con desafíos y revelaciones que pueden transformar nuestra vida de fe. ¿Qué significa realmente amar lo que Dios ama? ¿Cómo podemos reflejar este amor en nuestras acciones diarias, especialmente hacia aquellos que el mundo a menudo desprecia o ignora?
El amor de Dios a menudo se dirige hacia lo que parece indigno de amor para el mundo, hacia lo que está roto y necesita restauración. Nos ama a nosotros, incluso cuando nos sentimos indignos. La profundidad de este amor divino puede ser un desafío para comprender, pero es una invitación abierta a vivir de una manera que refleje este amor incondicional y restaurador.
En CASA, nos esforzamos por ser una comunidad donde este amor se vive y se comparte entre nosotros y hacia el mundo. Pero, ¿cómo podemos, como comunidad, amar más plenamente lo que Dios ama? ¿Cómo podemos ver lo que a menudo se descarta o se ignora con los ojos del amor de Dios?
Estas preguntas no tienen respuestas fáciles, y cada uno de nosotros puede encontrarse con diferentes revelaciones y desafíos al explorarlas. Invitamos a cada miembro de nuestra comunidad a unirse a nosotros en este viaje de descubrimiento y reflexión. En nuestra liturgia del domingo, daremos los primeros pasos juntos hacia la comprensión más profunda del amor de Dios y cómo podemos vivir este amor en nuestra vida cotidiana.
Te esperamos este domingo, a las 11 de la mañana, en nuestra CASA, para explorar juntos lo que Dios ama y cómo este amor puede transformar nuestras vidas y nuestro mundo.